La inteligencia emocional no es innata de los niños. Se consigue a través de las vivencias y de las relaciones, de ahí que sea tan importante el papel de los padres y, también, de los maestros en su desarrollo emocional. La Psicopedagoga y Pedagoga Terapéutica, Mª José Roldán , señala que en clase primero deberás establecer el momento adecuado para trabajar las emociones y después tendrás que marcarte unos objetivos. También facilita algunas actividades que puedes desarrollar en el aula para trabajar la educación emocional: Busca actividades para trabajar la conciencia corporal y comparar con las emociones, por ejemplo, sentir mariposas en el estómago. De esta manera los alumnos toman conciencia de la relación que existe entre el cuerpo y las emociones. Realiza actividades de relajación que permitan al alumno calmarse y eliminar el estrés. Pon en práctica ejercicios dirigidos, por ejemplo, saltar para liberar las emociones y parar para encontrar el equilibrio.